domingo, 15 de febrero de 2009

Alianza Lima: 108 Años en el corazón del pueblo

Mi abuela –hoy que en paz descanse- me enseño muchas cosas, que tal vez por falta experiencia nunca lograron ilustrar mis padres; los casi 80 calendarios hacían mella en su cuerpo ya gastado por lo vivido; pero su mente aun lucida como la de un niño era para mí, como leer una enciclopedia de historia, de anécdotas, de sucesos que marcaron su existencia; le prestaba mucha atención a pesar de mi corta de edad (niñez).

Hoy 15 de febrero del 2009, día en el que el club más popular del país esta de cumpleaños, el recuerdo de mi abuela viene a mi mente; era una gran aficionada al futbol, al futbol de antaño, de aquellos años donde todo era distinto en este deporte, donde lo único que importaba era la camiseta que defendías, el dinero quedaba en segundo plano, que lejanas épocas; ella además contaba que de niña junto a sus hermanos mayores acudía de ves en cuando aquellos antiguos estadio de madera, a observar a un equipo, al que ella consideró el equipo de sus amores hasta el ultimo día de vida, a Alianza Lima; hoy gracias ella, yo soy un “blanquiazul” o “intimo” como llamaban en ese tiempo. Hoy que estamos de fiesta, ella, donde quiera que este, siente lo mismo que yo, alegría, por ver a su gran amor (equipo) cumplir un año más, y volverse cada día más grande.

De niño, recuerdo aun como si fuera ayer, todo lo contado acerca de Alianza Lima, ella relataba siempre que el crack de los 30´s era un moreno espigado de casi 2 metros que cuando tomaba el balón lograba hacer malabares con él, era amante de la genialidad, de la inspiración, de lo que hoy en día llamaríamos “jogo bonito”. Como compuso Zambo Cavero años después, “Alejandro Villanueva, era un As entres los Ases, figura continental”, mi abuela tuvo la suerte verlo en acción, pero yo me considero tan afortunado como todos aquellos amantes del futbol, porque la tuve a ella que me contó, que hizo vivirlo como si estuviese allí.

Años después, aparecieron dos cracks también de raza negra, igual de malabaristas que Villanueva, igual de quimbosos, igual de genios. “Pitín” Zegarra y “Perico” León que esta vez se encargaron de divertir a los espectadores de los 60´s; futbolistas identificados con el juego característico de Alianza Lima, juego de gambeta, de paredes, de picardía, futbol del cual mi abuela y todos los amantes del buen juego se enamoraron.

Ella además fue testigo de aquella dorada época de Cubillas, un joven que a su escasa edad fue considerado la figura del mundial “México 70”, y que en Alianza demostró su futbol por muchos años, y que años después encontraría un socio ideal en La Victoria y en la selección, esta vez no moreno, Cesar Cueto, jugador que con sus pies dibuja poemas; los dos se encargaron de llevar a los mas alto al club en el cual formaron; además de brillar vistiendo la camiseta del Perú. “Ese moreno Cubillas y ese que le decían “poeta de la zurda” fueron tal vez los últimos genios del Alianza en su historia” me dijo así mi abuela.

Y Como olvidarse de tal vez el pasaje mas triste de Alianza Lima en toda su historia, aquel 8 de diciembre del 1987, cuando el mar de Ventanilla se tragaba al equipo completo, repleto de jóvenes valores encabezados por Luis Escobar (18 Años), “se hundió una esperanza”, cuenta ella que lloró, de impotencia, sentía que ello era injusto; que la muerte derrotaba al equipo invencible para todos los demás. Era un partido donde solo hubo un ganador, y no habría oportunidad de revancha, los “negritos de La Victoria” no volverían más, y con ellos se quedaba la esperanza y el futuro de nuestro equipo.

Esa sequía prologada de títulos que duró 18 años, fue tal vez el motivo de su existencia más amargo, pero aun recuerdo aquel 1997, yo apenas un niño de 7 años, mi abuela ya bordeando los 80, nos sentamos juntos en la Sala a observar en el televisor recién comprado el partido Torino contra Alianza Lima en Talara, si conseguíamos vencer, éramos campeones, y a pesar de mi corta edad, donde aun jugaba con soldaditos y carros de juguete era un momento feliz para mí; los goles llegaban unos tras otros, yo los gritaba, mi abuela sonreía en cada uno de ellos, cuando el arbitro pitababa el final, abrase a mi abuela; como un gesto de agradecimiento, porque por ella sentía esa dicha de ver campeón a mi equipo; mi abuela con algunas lagrimas en los ojos, tuvo que esperar 18 años para que el futbol le brindará una nueva alegría, ella luego del partido me dijo “Willy, ya puede morir tranquila”. Ella partió en el 99, dejándome mucha tristeza, pero a la vez dejándome un sentimiento hacia el club más grande de este país, y prometí estar con él en las buenas y en las malas, como lo estuvo ella.

Hoy que Alianza cumple 108 años de vida, le agradezco a mi abuela y a la vida ser hincha de este equipo, que para mí es una de las razones por la cual hoy estoy aquí, por las cuales hoy vivo, ¿quién iba decirlo?, que aquellos fanáticos de los caballos, que fundaron un club para practicar un deporte amateur y nuevo en esa época; con los años se convertiría en el cuadro más popular del Perú, que de generación en generación se transmitiría la misma pasión que se sintió en aquel ya lejano 1901. Hoy estamos de fiesta, y a celebrar se ha dicho.

FELIZ CUMPLEAÑOS ALIANZA LIMA

lunes, 2 de febrero de 2009

Carta a Roger Federer

Roger, hoy lloras porque fuiste superado; porque aquel que ser invencible para todos que aun perduraba en ti parece haber muerto; lloras porque piensas que tu reinado ha culminado cuando no querías, cuando aun soñabas seguir siendo el mejor del mundo, cuando aun te imaginabas invencible, el que le gana a todos; aun te pensabas superior a Nadal y a los demás, es por eso esas lagrimas que no hace otra cosa que mostrar impotencia y desazón porque recién aceptas en tu mente y corazón que hoy por hoy el tenis cuenta con un chaval superior a ti.

Hoy lloras porque sientes haber decepcionado a tus seguidores, que esperaban verte de nuevo en lo más alto, a donde perteneciste hace algún tiempo, pero que hoy ya no es tu lugar, que lo perdiste, o mejor dicho te lo arrebató un jovenzuelo 5 años menor que tú, que simplemente te ha superado. Te duele porque te esforzaste al máximo, demostrando coraje, pundonor y sobre todo, calidad, elementos insuficientes para que derrotes a tu rival, es por eso las lágrimas, lo diste todo, pero ganaste nada.

Lloras porque sientes que no sólo has perdido una batalla, crees que la guerra ya terminó y producto de ella saliste derrotado por un poderío que se asomaba peligroso, pero que sólo pensabas te dominaría en una sola batalla (Roland Garros) pero que los otros 3 combates los ganarías sin problemas, hoy esto ha cambiado, el año pasado te superaron en tu territorio, y hoy caes nuevamente aniquilado en otro pedazo de tierra que, lamentablemente para ti no es más tuyo.

Lloras porque creíste que igualarías a tu gran ídolo, a tu ejemplo a seguir, al que simplemente te inspiró; hoy a pesar que sólo te separa un peldaño de aquel mítico estadounidense, sientes que hay un intruso que no te permitirá ascender a donde anhelas llegar, lloras porque te ves tan cerca, pero a la vez muy lejos de tu meta, pues hay un obstáculo llamado Rafael Nadal que parece imposible superar.

Roger, hoy lloras, y esas lágrimas demuestran que no eras de piedra, que no eras una maquina dentro del campo; muestran que tienes corazón, y que ese corazón no es de hielo, esas lagrimas muestran tus sentimientos, que hoy lamentablemente no son de alegría y felicidad; lagrimas capaces de conmover hasta el peor de tus detractores, que descubrieron que eres como todos, que también lloras, que eres humano.

Seguro dentro de muchos años, podré contarles a mis hijos y nietos que tuve el privilegio de observar dentro del campo a un ganador como tú, que tuve la fortuna de ver en acción al que tal vez fue el mejor tenista de la historia, y que a pesar que aparentaba dureza y frialdad, pero era humano, como yo y como todos. Gracias Roger por tanta calidad desplegada en las canchas de tenis; tu grandeza no te la arrebataran nunca, el cariño y admiración de todos tampoco.


Atentamente

Wilfredo Inostroza