lunes, 2 de febrero de 2009

Carta a Roger Federer

Roger, hoy lloras porque fuiste superado; porque aquel que ser invencible para todos que aun perduraba en ti parece haber muerto; lloras porque piensas que tu reinado ha culminado cuando no querías, cuando aun soñabas seguir siendo el mejor del mundo, cuando aun te imaginabas invencible, el que le gana a todos; aun te pensabas superior a Nadal y a los demás, es por eso esas lagrimas que no hace otra cosa que mostrar impotencia y desazón porque recién aceptas en tu mente y corazón que hoy por hoy el tenis cuenta con un chaval superior a ti.

Hoy lloras porque sientes haber decepcionado a tus seguidores, que esperaban verte de nuevo en lo más alto, a donde perteneciste hace algún tiempo, pero que hoy ya no es tu lugar, que lo perdiste, o mejor dicho te lo arrebató un jovenzuelo 5 años menor que tú, que simplemente te ha superado. Te duele porque te esforzaste al máximo, demostrando coraje, pundonor y sobre todo, calidad, elementos insuficientes para que derrotes a tu rival, es por eso las lágrimas, lo diste todo, pero ganaste nada.

Lloras porque sientes que no sólo has perdido una batalla, crees que la guerra ya terminó y producto de ella saliste derrotado por un poderío que se asomaba peligroso, pero que sólo pensabas te dominaría en una sola batalla (Roland Garros) pero que los otros 3 combates los ganarías sin problemas, hoy esto ha cambiado, el año pasado te superaron en tu territorio, y hoy caes nuevamente aniquilado en otro pedazo de tierra que, lamentablemente para ti no es más tuyo.

Lloras porque creíste que igualarías a tu gran ídolo, a tu ejemplo a seguir, al que simplemente te inspiró; hoy a pesar que sólo te separa un peldaño de aquel mítico estadounidense, sientes que hay un intruso que no te permitirá ascender a donde anhelas llegar, lloras porque te ves tan cerca, pero a la vez muy lejos de tu meta, pues hay un obstáculo llamado Rafael Nadal que parece imposible superar.

Roger, hoy lloras, y esas lágrimas demuestran que no eras de piedra, que no eras una maquina dentro del campo; muestran que tienes corazón, y que ese corazón no es de hielo, esas lagrimas muestran tus sentimientos, que hoy lamentablemente no son de alegría y felicidad; lagrimas capaces de conmover hasta el peor de tus detractores, que descubrieron que eres como todos, que también lloras, que eres humano.

Seguro dentro de muchos años, podré contarles a mis hijos y nietos que tuve el privilegio de observar dentro del campo a un ganador como tú, que tuve la fortuna de ver en acción al que tal vez fue el mejor tenista de la historia, y que a pesar que aparentaba dureza y frialdad, pero era humano, como yo y como todos. Gracias Roger por tanta calidad desplegada en las canchas de tenis; tu grandeza no te la arrebataran nunca, el cariño y admiración de todos tampoco.


Atentamente

Wilfredo Inostroza

No hay comentarios: